El aislante de fibra de madera, tal y como su nombre indica, es un aislamiento termo-acústico, compuesto por fibras de madera natural.
Dicho aislante, se obtiene del proceso de triturado de una madera natural sin tratar a la que se le añade sales de boro. Este proceso se realiza para que el aislante de fibra de madera tenga propiedades ignífugas e insecticidas. Debido a las propiedades que presenta, facilita confort térmico y acústico, lo cual lo convierte en un gran aislante.
En los últimos años, ha aumentado el interés tanto de usuarios como de constructores, de conseguir edificios de alta eficiencia energética. Por este motivo, el aislante de fibra de madera, ha sido uno de los aislantes favoritos de propietarios y técnicos. Además, la correcta elección del aislamiento térmico es fundamental, ya que afecta tanto al consumo energético como al medio ambiente.
La fibra de madera se puede utilizar tanto como insuflado en cámaras de aire como soplado en grandes espesores en espacios bajo cubierta o buhardillas.
Con su aplicación como aislamiento insuflado, se inyecta el aislamiento a granel en las cámaras de aire de fachadas o falsos techos y el material se distribuye de forma compacta y sin fisuras, impidiendo la circulación del aire. La ventaja de este sistema es su alta efectividad y su rápida aplicación. Además, no se necesita ningún tipo de obra, es limpio, económico y no necesita mantenimiento.
Por otro lado, si optamos por el aislamiento soplado, su aplicación ideal se realiza para evitar las pérdidas de energía en áticos, buhardillas o tejados. Se utiliza para aislar zonas concretas, ya que el aire caliente asciende hacia la parte más alta de la vivienda debido a que pesa menos que el aire frío. De esta forma, para evitar que este aire se pierda, se recurre al aislamiento soplado.
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